Se trata de un vestido de damasco en seda, bordado con hilos de oro y seda, con lentejuelas metálicas y perlas
Un vestido de damasco en seda, bordado con hilos de oro y seda, con lentejuelas metálicas y perlas, es el modelo del mes de noviembre en el centro museístico Charo Acero. Un vestido que tiene como complemento una gargantilla de seda y chantilly con bordados de flores.
Se trata de un vestido de una sola pieza de mitad del siglo XVIII, al estilo Rococó, con una gran profusión de bordados en oro, algo muy típico de esta moda.
Durante este siglo, se introdujeron telas lujosas como el terciopelo, el raso, la seda y el brocado. Los vestidos femeninos adquirieron líneas más sueltas y vaporosas al tiempo que más insinuantes. Esta moda vino acompañada de un cambio cultural, el de la transición del barroco al rococó y una de las ambiciones de toda dama, era impresionar en la corte con su vestido.
El gusto por los trajes femeninos se tradujo en la vuelta a las faldas amplias, sostenidas con un armazón interior denominado “guardainfante”, al que se súma el uso del corsé que elevaba el busto, ajustaba el talle y estrechaba cintura. Atado a la espalda con cintas, la dama por tanto necesitaba ayuda de una sirvienta para poder vestirse.
Este traje del mes de noviembre se encuentra enmarcado dentro de la colección Museo del Traje Colección Eduardo Acero que se encuentra ubicada en el Centro Museístico Charo Acero.
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