Una pieza que fue donada al museo dombenitense por Julia Soto Valadés y que data de finales del siglo XIX y principios del XX
El Museo Etnográfico Juan Aparicio Cerrato de Don Benito acoge este mes de agosto la bacía como pieza del mes entre su colección
La vacía de cerámica blanca vitrificada seleccionada como pieza de este mes de agosto procede de la fábrica de loza Pickman de La Cartuja en Sevilla, según reza en un bajorrelieve bajo su base. Data aproximadamente de finales del siglo XIX y principios del XX, midiendo 29 cm de diámetro su parte superior y 7,5 cm milímetros su base y 10 cm de altura. En el lado opuesto a la muesca semicircular de su parte superior posee pequeños orificios para colgarse después de su uso mediante un cordel.
La bacía es un recipiente cóncavo y de borde ancho plano fabricado en metal y cerámica, con un reborde en el que se abre una muesca semicircular para que entre el cuello de quien se afeita. Se aproxima al cuello del cliente por la parte del rebaje de media luna y se procede al enjabonado de la barra para su posterior afeitado, sirviendo el recipiente del fondo para recogerlas aguas enjabonadas enjabonadas durante el proceso de afeitado.
Principalmente se usaba en barberías, pero también para realizar sangrías médicas que consiste en extraer sangre para tratar dolencias
Una pieza que fue donada al museo dombenitense por Julia Soto Valadés y que refleja cómo, en los años en los que fue creada, los hombres habían devuelto a su cabello el protagonismo que tuvo antaño y que, poco a poco, le habían arrebatado. De ahí el resurgir de las barberías. Uno de los servicios del barbero era afeitar al hombre con la baja, y para ello la bacía era un complemento imprescindible.
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